Mal dia para buscar

25 de junio de 2010

La gestión de los recuerdos en Internet


Uno de los principales problemas que tiene este universo paralelo es que no existe fecha de caducidad para todas aquellas cosas, buenas y malas, que hemos escrito a lo largo de la tremenda cantidad de años que hemos estado usando las diferentes plataformas que nos rodean. Ahí está, en algún servidor extranjero, aquel mail en el que prometí amor eterno o aquella vez que simplemente escribí: "es la última vez que te digo que te quiero". Por allá andarán algunos odios virtuales o incluso esas vidas virtuales después de la muerte que proclaman algunos yonkis de las nuevas tecnologías.

Creo positivamente que nuestros recuerdos y rastros virtuales habrán de almacenarse de la misma forma en que funciona nuestro filtro mental asimilando recuerdos al dormir, haciendo pedazos algunos, creando algunos falsos recuerdos o incluso dejando que nuestra memoria los seleccione y almacene en los diferentes compartimentos de la misma.
Tambien es cierto que cuando se logró descifrar la Piedra de Rosetta resultó que únicamente era publicidad electoralista egipcia y aquella tonteria fue la base para leer jeroglíficos mucho más importantes de aquella civilización de la que ha perdurado no lo más importante, sino lo que ha sorteado a las casualidades naturales de la degradación. Por absoluta consideración estadística es más que probable que lo que nos perdure en lo digital sea algún video estúpido con millones de visitas en internet y que , con ello, alguna civilización se pregunte qué es lo que acabó con nosotros de la misma manera que nosotros nos preguntamos cómo se extinguieron los dinosaurios.

Hace ya unos años se auguraba el límite de la capacidad en internet. Por mi parte deseo una manera de diferenciar aquellos recuerdos de la misma forma que ya no están vivos en mí. Dado que hay demasiados programadores en paro no me parece ninguna mala idea alguna fórmula para dotar de prioridades a los recuerdos que pululan vigentes en internet. Igual que limpio mis armarios de vez en cuando o que su recuerdo se va diluyendo. Igual que únicamente la sueño sonriendo en vez de gritándome o cuando me paro, sonrío y suspiro con algunos recuerdos que vuelven.

Cada día estoy más a favor de dotar a este ser vivo con conciencia global que nos rodea de memoria, de recuerdos y de olvidos.

Afortunadamente no hay una fórmula matemática que de una prioridad mayor a tu recuerdo, al mío o a la diferente importancia que le damos a todas aquellas cosas que tenemos en común.
Por eso me fío mucho más de mis sueños (y aquellas imágenes que me vuelven) que del caché de Internet. Soy un hombre con recuerdos vivos, pero eso no quiere decir que lo recuerde todo. (aunque tengo buena memoria).

Y me gusta mucho más mi manera de recordar el pasado que esa manera que tiene internet de enseñarte todo como si fuera ayer mismo porque no hay un programa llamado " nostalgia" en los servidores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me ha encantado este post, con ese puntito melancolico....