Mal dia para buscar

19 de octubre de 2012

La forma de convencer a un hombre común

Un deadline se diferencia de un ultimatum en que éste último es inmediato. El deadline viene a ser un "quedamos a las 7 para hablar" y un ultimatum es cuando se sienta delante tuyo, te mira a la cara con los ojos repletos de dramatismo y te dice que "tenemos que hablar". Eso sí que da miedo y no algunos disfraces de Halloween.

Hay veces que las mujeres piensan que las conversaciones que los hombres mantienen sobre ellas están copadas por los volúmenes de sus pechos o las redondeces de sus caderas. Eso es lo mismo que pensar que ellas hablan exclusivamente quejándose de la falta de cariño que se les muestra desde el espectro de la testosterona. A veces, muchas más veces de las que parece, los hombres nos extrañamos de la metamorfosis de la mujer. A veces le decimos a un colega que tenemos que hacer compra porque ella nos lo pidió y, cuando estás en la puerta del supermercado, ella llama preguntando si lo hiciste y antes de poder excusarte ya te ha soltado ese "no hace falta que hagas nada, que ya lo hago yo". A veces las deseamos y entonces "solo las queremos para follar". A veces nos sentamos con ellas hasta que acaba el último bodrio de televisión y nos dicen "que ya no se sienten deseadas". A veces las enseñamos lo que nos gusta y nos repelen con un "sólo hablas de lo que te importa a ti". A veces les preguntamos por sus inquietudes y eso ratifica que "no me cuentas nada de tu vida". A veces nos quedamos callados y eso se convierte en "ya no haces nada".

Hay un estudio que dice que la testosterona aumenta la honestidad. No por ello quiero decir que los hombres seamos mejores tipos que las mujeres pero si que es cierto que es más que probable que seamos más sencillos (ubicándome yo mismo en el lado opuesto, según mi terapeuta).

Una amiga, antiguamente definida como profundamente lesbiana se sentó a mi lado a principio de verano. Nos encendimos un cigarro y me preguntó qué tal me iba la vida. "Ya sabes"- le dije- "nunca llego a saber realmente si estoy en el camino correcto o no". Ella dió una calada que se reflejaba sobre sus grandes gafas de sol. "eso me pasaba a mi con mi último novio". "¿noviO?"- pregunté. "Sí"- me respondió. "En realidad"- y empezó a sentenciar- "me gustan mucho más las mujeres pero cuando tienes un conflicto con un hombre, le chupas la polla y se acaban los problemas". No pude rebatir tanta claridad.

Supongo que un hombre te pone deadlines pero casi nunca ultimatums. A veces cuando, en medio del ultimatum, dices que quieres reirte, discutir poco y estar tranquilo quiere decir que lo que quieres es sentirte como después de acabar con las discusiones. Y que eso se convierta en una costumbre.

Decirlo de otra manera es soez, aunque sea la forma de convencer a un hombre común.
Convencer a una mujer común es mucho más dificil.

4 comentarios:

Antony Vidale dijo...

Si fuera mujer te diría que tienes toda la razón irracional.

Anónimo dijo...

Yo soy mujer.y aunque tire piedras sobre mi propio tejado . Te tengo que dar toda la razón .
Somos o queremos ser tan complicadas que mi nosotras mismas nos entendemos.

Alberto Secades dijo...

¡Qué grande!

Seguro que ya habrás dejado de fumar.

pesimistas existenciales dijo...

fumo, fumo...