Mal dia para buscar

26 de febrero de 2014

Californication y los riesgos cardiovasculares

-Si fueras a tener sexo con alguien y supieras que realmente sería la última vez... ¿cómo crees que sería?
-Creo que sería increíblemente triste.
-Yo también. Entristéceme.
Eyacular 12 veces al mes reduce los riesgos cardiovasculares. El sexo, y cuando me refiero a él me refiero a aplastarse contra la puerta, notar la punta de sus dedos entre la ropa, soportar su peso, oler su pecho mientras se van deslizando las sábanas,  hacer sonar las respiraciones, mirar las sombras en el espejo, caerse y volverse a poner en pie, no confesar lo que piden las palabras y agarrar la almohada contra la pared hasta sacar la bandera de la rendición... el sexo en ese caso es el mejor somnífero para dejar el olor pegado a los recuerdos pero dicen que no es tan bueno como diez minutos de paseo a buen ritmo o una carrerita. Y el amor, cuando me refiero a él como la concepción más convencional y novelesca que me dio la edad y la experiencia, es tan sano y tan destructivo como todo lo demás junto y en una coctelera agitada.

Se estrena la última temporada de Californication. Algunos creen que eyacular, el sexo y el amor son la misma cosa o que cualquiera de los tres puede ser sustituto de los otros dos. Algunos creen que llevar cualquiera de ellos hasta sus últimas consecuencias es un sinónimo de éxito y Hank Moody es el ejemplo de la falsedad de esta afirmación porque aunque es un tipo amable, brillante, sincero, sexual y especialmente cariñoso es, en definitiva, un perdedor.

Porque los perdedores son los que destacan, los que viven la soledad del éxito, los que saben que aún pueden llegar a más, los que intuyen que la capacidad tiene un punto más allá y los que se sabotean hasta límites insospechados cuando, atravesados por la rabia, abandonan los lugares en los que, aún siendo estrellas, se sienten estrellas fugaces.

"Me caso con él porque... sinceramente...no destaca en nada"- me dijo una amiga con la conversación que acompaña a su invitación de boda. Es, absolutamente, una de las frases más tiernas que he oido jamás. Cuando algo no es lo más ni lo menos, no es de la derecha ni de la izquerda, no es muy alto ni muy bajo, no es una gran amante ni un imberbe sexual, no lo sabe todo ni tienes que enseñar cada paso... entonces es un triunfador, un semidios de la virtud.

Vivimos queriendo follar más y más arriba, reducir los riesgos cardiovasculares. Hay mañanas en las que vendería mi alma por verla entre mis piernas y se nos olvidó dejar de intentar destacar en todo. Quisimos ser estrellas y se nos olvidó que el sol es la única que está todos los días. Quizá porque esté parece menos importante que las fugaces y por las noches, en el lado de la cama que no nos corresponde, hay frio.

Cuando me pongo así parezco una copia edulcorada de Paulo Coelho, pero empalmado. Precisamente ese es Hank después del proceso y mientras suena "you can´t always get what you want" de manera incesante. Los riesgos cardiovasculares son el escenario de los que quieren entristecerse cada vez que se sienten en casa. Y se tienen que ir esperando, gentiles y honestos, a que pase la erección.

1 comentario:

Alberto Secades dijo...

Mira que me jode decirlo, pero, esta vez al menos, Joe gana a los Stones:

http://www.youtube.com/watch?v=Bo759np9-nM